Tipos de Formulaciones E Incompatibilidad
[1] Formulaciones Sólidas.
Representan el 33 % de las formulaciones de plaguicidas, las más representativas son las siguientes:
Polvos secos (P). El principio activo está formulado con un aditivo no higroscópico como el talco. Los P Están listos para usarse en cualquier momento, ya que no necesitan de agua. Permite tratar grandes áreas o sitios de difícil acceso. El inconveniente que se tiene es el bajo control en su distribución y con ello se generan mayores riesgos de intoxicación al aplicador y potencialmente mayor contaminación al medio ambiente.
Polvos humectables (PH). Compuestos por la mezcla del ingrediente activo con arcillas (absorben el ingrediente activo) y adyuvantes (agentes mojables, dispersantes, antiespumantes y estabilizadores). Estos últimos ayudan a un rápido humedecimiento y a una dispersión estable. Al mezclarse con agua requieren de agitación constante para que la mezcla se mantenga homogénea y no precipite. Causa desgaste prematuro en equipos de aplicación, además es necesario hacer una pre-mezcla antes de vaciarse al tanque de aplicación.
Polvos solubles (PS). El ingrediente activo es totalmente soluble en agua a la dosis indicada. Una vez mezclado con el agua no presenta partículas en suspensión por su completa dilución. Esta propiedad evita que se requiera una continua agitación sobre la mezcla y que se obstruyan las boquillas. Sin embargo, siempre es recomendable mantener el caldo de aspersión en agitación, para mantener la homogeneidad del mismo.
Gránulos dispersables en agua (GDA). Constituida por gránulos sólidos en donde se encuentra el ingrediente activo. Forman una suspensión al mezclarse con el agua. Tiene una mayor concentración de ingrediente activo en los gránulos, por lo que se necesita poco volumen de mezcla para su aplicación. Algunos de estos productos se envasan en bolsas hidrosolubles, reduciendo el riesgo de intoxicación para el operario.
Gránulos secos floables (DF). Formulación sólida en forma de esferas cuyo interior es hueco y se dispersa fácilmente en el agua.
Son las formulaciones más utilizadas en la industria de plaguicidas, representando el 67 % del total que se encuentra en el mercado. Las formulaciones liquidas más comunes son:
Concentrado emulsionable (CE). El ingrediente activo se incorpora con un solvente apropiado, lo cual resulta en una solución concentrada. Por sus propiedades químicas no se puede mezclar con agua, por lo cual se le agregan adyuvantes (tensioactivos, dispersantes, etc), evitando que se separen en distintas fases. En mezcla con el agua, se genera un aspecto lechoso. Es una formulación fácil de dosificar, manejar, transportar y almacenar, además de que no causa obstrucción en las boquillas. Sin embargo, su misma formulación concentrada los hace susceptibles a errores en la dosificación.
Floable líquido (FL). Formulación líquida formada por partículas finas del ingrediente activo suspendidas en un líquido. Requieren agitación con el objeto de homogeneizar la suspensión diluida final en el tanque de aspersión.
Suspensión concentrada (SC). El ingrediente activo se encuentra en forma de sólido insoluble se mezcla con un líquido en forma de suspensión. A esta formulación se le agregan adyuvantes para estabilizar la suspensión. Al igual que un polvo humectable, la presencia de partículas ocasiona el desgaste y obstrucción acelerada de boquillas y filtros. Presentan una mayor facilidad en su manejo que los polvos humectables y mayor uniformidad al momento de aplicar en las hojas.
Cápsulas en suspensión (CS). Son partículas de plaguicidas contenidas dentro de pequeñas esperas de distintos polímeros. Su diminuto tamaño (10 a 30 µm de diámetro) permite que puedan pasar por los filtros y boquillas de los equipos de aplicación. Poseen adyuvantes que mantienen a las partículas encapsuladas en suspensión sin agruparse entre ellas. La particularidad de estas formulaciones es que liberan lentamente el ingrediente activo, por lo que su eficacia es más larga, reduciendo el número de aplicaciones y de riegos de contaminación e intoxicación en animales y personas.
Existen dos tipos de incompatibilidades cuando se mezclan dos o más agentes o principios químicos en solución. Por un lado,se pueden mencionar las incompatibilidades químicas, que suelen estar asociadas a reacciones químicas que se producen entre las moléculas. En general estas incompatibilidades son irreversibles, pues se forman nuevos productos (normalmente sin actividad plaguicida) a partir de los principios activos que se añadieron al tanque. Un ejemplo de este tipo de incompatibilidad son las reacciones de hidrolisis sobre herbicidas organofosforados producidas por los cationes divalentes como el calcio y el magnesio presentes en aguas duras. Por otro lado, se encuentras las incompatibilidades físicas, que suelen estar asociadas a fenómenos electroestáticos(cargas de las microespecies en solución) y de fuerzas interparticulares. Este tipo de incompatibilidades suelen ser reversibles, requiriendo el agregado de coadyuvantes o especies especialmente diseñadas para revertir estos procesos físicos.
La incompatibilidad de los productos puede generar precipitados, ocasionando taponamiento en los filtros de los equipos de aplicación, contaminaciones cruzadas en futuras aplicaciones y desgastes en los equipos. En la práctica muchos de los productos son mezclados entre sí en un mismo tanque para aplicarlos conjuntamente. Lo anterior, ha sido la causa de muchos problemas de taponamiento o degaste acelerado de equipos de aplicación, así como de bajas efectividades en el control de problemas fitosanitarios, por la inactivación de los productos al combinarse y generar incompatibilidades. Es importante leer la etiqueta de los productos a utilizar, ya que en ellas se especifican muchas de las veces la compatibilidad de los productos con otras de distintas formulaciones.
A fines prácticos y en forma macroscópica, se habla de incompatibilidad de productos cuando al mezclar en un mismo caldo o solución existe precipitación en el fondo del tanque. También si se forma una especie de nata o grumos en el tanque encima de la mezcla. De igual forma si se forman geles, cristales, aceites o grasas se está en presencia de una incompatibilidad. Los principales problemas que se tienen debido a incompatibilidades son la obstrucción de filtros y boquillas, con lo cual aceleran su desgaste, y la consecuente pérdida de producto, ocasionando un inadecuado control fitosanitario. Las incompatibilidades de los productos pueden deberse inicialmente a la composición de los productos, pero también puede atribuirse al incorrecto orden en la mezcla de productos.
Con el objeto de reducir al mínimo estos problemas, se aconseja ensayar la mezcla en pequeña escala (ensayo conocido en la jerga popular como la “prueba de la jarra”), donde debe respetarse el orden de agregado que luego será llevado a cabo en el tanque de aspersión, así como mantener invariable la concentración de los distintos plaguicidas a utilizar. Esta prueba es un buen método para conocer la compatibilidad de los productos. Si al tocar los lados del frasco o jarra se aprecia que la mezcla se calienta o enfría, puede que la mezcla este sufriendo una reacción química (o física si se debe a un proceso entálpico de calor de disolución) y entonces los plaguicidas no deberían mezclarse. Después para continuar con el procedimiento y confirmar la compatibilidad, se deja la mezcla en reposo por 15 minutos y se debe observar nuevamente el recipiente. Si se forma nata en la superficie, se observan grumos, o si hay precipitados en el fondo (excepto para Polvos Humectables) la mezcla es incompatible. En caso de que no aparezcan signos de incompatibilidad se deberá probar la mezcla sobre una pequeña área y observar si no hay daño al cultivo.
Preparación del caldo o solución plaguicida.
Para evitar problemas de incompatibilidad, es necesario conocer la secuencia de mezclado apropiado de acuerdo al tipo de formulación del plaguicida y el número de productos que van a componer la mezcla. En rasgos generales, los procesos para hacer un correcto caldo o solución plaguicida son los siguientes:
- Comenzar a trabajar con un equipo perfectamente limpio, libre de principios activos e incrustraciones. Agregar agua.
- Acondicionar el pH y dureza del agua en el rango adecuado.
- Realizar por separado una pre-mezcla de todos los productos de formulación sólida (PH, PS, GDA) y vaciar al depósito de la aspersora con el sistema de agitación funcionando.
- Verter las formulaciones líquidas (SC, FL, CS); para los CE, mezclar la dosis más baja recomendada en etiqueta y continuar agitando.
- Vaciar los coadyuvantes seleccionados en las dosis recomendadas y mezclar.
- Llenar el tanque con agua manteniendo el sistema de agitación.
Las aplicaciones se recomiendan por tarde o mañanas para un mejor aprovechamiento del producto. Muchos principios activos pueden ser objetos de fotooxidaciones producidas por la presencia de rayos UV del sol.
Medidas de seguridad para la manipulación y aplicación de los plaguicidas
Esto es siempre condición sine-qua-non para manipular productos químicos y realizar tareas de labores que impliquen la presencia de productos químicos en el ambiente o área de trabajo. En particular, es necesario establecer las condiciones de seguridad e higiene para reducir los riesgos de intoxicación a los que están expuestos los trabajadores que desarrollan actividades de preparación y aplicación en campo. Muchos de los productos usados en la agricultura son nocivos para la salud, por lo que es pertinente seguir las medidas de seguridad que se desglosan enseguida:
- Utilizar guantes de plástico para la preparación de las sustancias y aplicar los productos empleando máscaras y ropa protectora (equipo de protección personal adecuado).
- Lavarse bien las manos luego de preparar los compuestos y bañarse una vez finalizada su aplicación.
- Debe contar con buena ventilación, adecuadas condiciones de higiene y debe estar alejado de bebidas y alimentos.
- Destinar los recipientes y utensilios exclusivamente para la elaboración de los preparados, evitando un posterior contacto con alimentos y bebidas.
- Respetar los tiempos de reentrada al área de producción marcados en las etiquetas de los productos, así como revisar la banda de color de las etiquetas.